Se ha calculado que entre los romanos las horas "temporales", es decir, las de la vida normal, duraban 75 minutos en verano y 45 en invierno. Las horas de los astrónomos, en cambio, se llamaban "equinocciales" y tenían aproximadamente la duración de las horas actuales.
En Italia, hasta el siglo XIX, se hablaba de la "hora itálica", una subdivisión que, siguiendo las antiguas reglas de la Iglesia, empezaba y terminaba con el ocaso. Carlos V llevó este sistema a Bohemia, donde la hora se denominó "bohemia".
Francia tenía la "hora gálica", herencia romana, en la que el día civil se iniciaba a medianoche.
En los países latinos había 24 horas, mientras que el sistema germánico tenía 12 horas. La hora "babilónica" empezaba con la salida del sol.
En Basilea, durante el siglo XVI se construyeron relojes que las 12 indicaban la una. No se trataba de una anticipación de la hora legal, sino de una referencia al toque religioso de la "hora incipia".
En Italia, hasta el siglo XIX, se hablaba de la "hora itálica", una subdivisión que, siguiendo las antiguas reglas de la Iglesia, empezaba y terminaba con el ocaso. Carlos V llevó este sistema a Bohemia, donde la hora se denominó "bohemia".
Francia tenía la "hora gálica", herencia romana, en la que el día civil se iniciaba a medianoche.
En los países latinos había 24 horas, mientras que el sistema germánico tenía 12 horas. La hora "babilónica" empezaba con la salida del sol.
En Basilea, durante el siglo XVI se construyeron relojes que las 12 indicaban la una. No se trataba de una anticipación de la hora legal, sino de una referencia al toque religioso de la "hora incipia".
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