viernes, 6 de agosto de 2010

Cuatro mundialeras para cerrar

El triunfo de España.- Justo premio al trabajo de por lo menos dos décadas de toda la estructura deportiva de un país y muestra de que en el futbol no hay determinismos históricos. Se puede ganar con trabajo y talento.

La imagen de Mandela.- A través de la celebración mundialista, uno de los líderes más grandes e inspiradores del siglo XX se convierte en la imagen no sólo de la igualdad sudafricana sino del inicio del surgimiento del continente más pobre. Es el rostro de la esperanza.

La emoción en una pelota.- Pese a las telarañas de la FIFA, el futbol confirma que es mucho más que un deporte. Es un fenómeno social que a todos conmueve.

El arbitraje anacrónico.- A nadie en el mundo le queda duda, sólo a los directivos de la FIFA, de que urge modernizar el trabajo de los jueces en el futbol, para bien de ese deporte, del espectáculo, de los equipos, de la afición e incluso de los propios árbitros, hoy con un poder incontestable y una desprotección infinita.

Creado en Carlos Loret de Mola